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PENSANDO OTRO PAÍS: "LA IDEOLOGÍA ROTA"
Miguel D. Mena

Hay pensamientos felices. Cuando escribo, busco alguna fiesta en las ideas. Si algo no encaja en lo que creo y sospecho que ese algo tal vez sea un derecho a las expresiones diversas, entonces prefiero no escribir.
En 1990 Manuel Núñez publicó "El ocaso de la nación dominicana". Interesado en todo aquello que tuviese que ver con la discusión sobre la identidad nacional en el país dominicano, me di a su lectura. Grande fue el desencanto, sin embargo. Aquel discurso se fundamentaba en una crónica periodística útil a las trincheras, pero no a la apertura de las calles del pensamiento. No era ni sociología ni crítica textual ni politología. ¿Cómo era posible burlarse del avance de los lingüistas en el estudio del inglés de Samaná en alguien que precisamente se preciaba de haber estudiado lingüistica en París? ¿Cómo se podía invalidar moralmente a expresiones que como la de los cadenuces dominican-york, requería más el análisis que las cruces del exorcismo? Y así seguían a chorros la cantidad de comos.
Los años 90 pasaron de una manera de todos conocida. El nacionalismo excluyente se abalanzó sobre las posibilidades electorales del Dr. Peña Gómez, y tras ello, toda la cultura del autoritarismo y la exclusión trujillista se legitimó al interior del imaginario.
A pesar de todas mis aprehensiones no publiqué nada. Durante los noventa la doxa literaria de Manuel Núñez siguió su viejo curso de exclusiones. Su colmo llegó a plantear la literatura dominicana tras 1965 como "yanquifóbica", invalidando a prácticamente todos los que ejercieron entre 1966-1978 un pensamiento crítico.
En el 2001 "El ocaso..." surgió de sus cenizas. Envalentonado por la deserción de buena parte de nuestra intelligentsia de sus antiguos postulados cuando no plegada a los nuevos decires de la "conciliación nacional", las nuevas teorías brillaron por su ausencia. Los conceptos no avanzaron. Sólo se llenaron de cifras y aumentaron el espectro de las exclusiones. De repente se tenían que negar, según esta óptica, toda una producción intelectual de antropológos, sociólogos, politólogos y economistas en torno al ser dominicano y sus accesos caribeños.
Lo que yo ni muchos críticos de "El ocaso..." escribieron, ahora nos lo presenta Odalís G. Pérez en su obra "La ideología rota, el derrumbe del pensamiento pseudonacionalista dominicano" (Centro de Información Afroamericano -CIAM-, Santo Domingo, 2002, 498 págs.).
En un lenguaje más accesible que el de costumbre, Pérez va tejiendo el armazón sobre el cual se constituyó el "El ocaso..." y las razones de su éxito. Luego de determinar las limitaciones en la explicación del método de Núñez -quien se apoya en Michel Foucault, pero a quien nunca explica (p.59)-, demuestra un conjunto de limitaciones puntuales. Las mismas van desde la presentación bibliográfica hasta las similitudes de sus teorías y las de "La realidad dominicana" (1947) y "La Isla al revés" (1983) de Joaquín Balaguer. Esta segunda parte -"La suspensión ideológica"-, podría considerarse el nervio de la obra.
En la tercera se dedica a plantear la trayectoria intelectual de Núñez, refrescando viejas -y penosas discusiones- públicas, con Hugo Tolentino Dipp y Franklin Franco. Todo podría obviarse en los nimios detalles de la humanidad si no fuera por un aspecto: la tendencia a citar de memoria o de oídas de Núñez.
La cuarta parte, "Mapa de una coralidad neofacista", tal vez hubiese podido ser más reducida e irse más a las argumentaciones, ya que muchas de las invalidaciones que Pérez le hace a Núñez ya habían sido expuestas.
La última parte retoma, sin embargo, la precisión y la fineza en la crítica. Se titula "Escuchar los signos de la historia", resultando ejemplar su manera de utilizar la metalingüistica en el tratamiento de "El ocaso..."
Al final, "La ideología rota" brinda una valiosa documentación sobre la recepción periodística de la obra de Núñez en su momento más álgido: el que siguió a su premiación por la Secretaría de Cultura y al Fundación E. León Jimenez en la pasada Feria Internacional del Libro 2002.
"La ideología rota" de Odalís G. Pérez debería ser leído por aquellos que busquen claves para mejor comprendernos. Es un libro de diálogo, de incitación, de provocación al pensamiento. Es un llamado de atención sobre la manera de pensar los discursos, de expresarlos. Poquísimos son los detalles que se le escapan en su crítica. Después de leerlo, la sensación que se tiene es la de no estar solos. Es el aliento de una comunidad crítica que está por ahí. Es el plantar banderas en un país donde parece que el pensamiento crítico o ha emigrado o estará detrás de un café, una cerveza o tal vez la nada.
Obra serena, interdisciplinaria, "La ideología rota" es la demostración de que a pesar del ruido que a veces nos agobia o de la sordidez que nos lacera, hay voces que asumen la claridad del buen pensar y del bien decir.